jueves

Cap.20 La “violación”

Puesto que las recuperaciones estaban cerca, Conchi estaba un poco mucho incomunicada. Le habían quedado tres y tenía posibilidades de repetir, así que estaba estudiando como nunca, y yo no quería irrumpir en su casa para joderle el plan, que era aburrido, pero no malo.

Así que acabamos quedando Ana y yo con Raúl y Jaime para ver una película de miedo en casa de Raúl.

Como ya dije (para los que no se acuerde) fue uno de los “más que novio, complemento” de Ana, pero a ella le seguía gustando. Poco, pero sí. ¿Qué qué es lo malo? Pues que a mi también. Tampoco era que le amara más que a nadie en el mundo, pero creía, y estaba equivocada, que se podría llegar a algo con él. Pero en esos momentos no lo iba a admitir por nada del mundo.

Empezó la película. El grito 2. No sé si la habréis visto, pero era una en la que salían muchas veces y muy de repente una chica y un chico azules con el pelo negro que daban un miedo que te cagas (o quizás es que yo soy muy miedica).

Al principio Ana se agarró a Jaime. Yo no era tan bestia como ella así que me iba acercando, a cada susto, poco a poco a Raúl. Se ve que Ana me vio las intenciones, (admito que soy pésima en el disimulo) porque en menos que canta un gallo se había dejado al Jaime de lado y estaba agarrada al brazo del Raúl. Me dio rabia, lo admito, no tanto como celos, pero aun así se lo agradezco porque eso me dio más confianza para agarrarle yo el otro brazo. Después de un rato con el cachondeo (ya que teníamos a Raúl cogido cada una por un lado) decidimos darnos el gusto de pasarnos un poco con él. Lo subimos a su cuarto, y después de mucho forcejeo porque no se dejaba y de que la Ana se le subiera variad veces encima (cada vez que lo hacía, lo admito, le decía zorra en mi cabeza) conseguimos quitarle la camiseta. La verdad, no, no estaba bueno. No le llegaba ni a los talones a Sergio. Pero más vale paloma en mano que ciento volando. Teóricamente le violábamos porque era todo en contra de su voluntad, aunque creo que la gente habría dudado si no era en contra también de la mía si vieran la cara que puse al verlo sin camiseta.

Cuando volvimos a casa de Ana, nos quedamos las dos solas. Y como no, somos chicas, así que nos pusimos a hablar.

- Oye Nerea, ¿a ti te gusta el Raúl?

No era la primera vez que me lo preguntaba porque cada vez que me decía que hacer por msn yo le decía que hablando con el Raúl.

- No. – mentí. O quizás no. No estaba segura. – Yo lo veo más como un amigo, no sé, todavía no lo veo de esa manera. Y a ti te sigue gustando.

- Es que tía, tengo la cabeza que me va a explotar, porque todavía me gusta Raúl pero aun así si salgo con el no voy a poder volver con Sergio en la vida, pero si desperdicio la oportunidad con Raúl y después Sergio para de mi, ¿pues qué hago?...

Me lo dijo casi llorando, no bromeo. Me sentía mal por no contarle mi comedero de cabeza con Raúl ¿pero cómo se lo decía? Era complicado. Quizás cuando lo tuviera claro. Ahora no.

- Mira tía, ahora que tengo yo más confianza con el Raúl le pregunto si tiene alguna oportunidad contigo, y según me diga, tú haces.

- Bueno vale…

No pudimos hablar mucho más porque mis padres llegaron.

Cuando llegue a mi casa estaba Raúl conectado. Tenía que hablar con él, ¿por qué no ahora?

1 comentario:

  1. TIAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!! Me encanta tu novela tronka hoy me e leido todos los capitulos y la verdad es que son G E N I AL ES porfavor haz mas y sigue escribiendo que lo haces muy muy bien :)

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